Cuando aprendimos a querer dimos paso a la abertura en la parte de abajo de la cara, fuimos desdoblando la piel y con cada caricia nos dibujábamos; y le pusimos sonrisa y cuando el gesto no se dio a basto para expresar lo que sentía dimos paso al sonido y emulamos la risa, y cuando esta no fue suficiente para controlar nuestras insinuaciones irrumpimos en un beso para sellar cualquier duda. Y fue sin duda la mejor obra de arte porque el pincel ha dejado buen trazo.
- Adelle Bloch por Klimnt.
2 comentarios:
Mi corazón dejó de latir un ratito. Me encantó.
La descripción es.
(indescriptible)
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