sábado, 27 de septiembre de 2008

119 qué me haces pensar?



Ayer miraba a Frida y a Diego
colgados en la biblioteca.

Mirada seria, confusión astuta.
Cruzada de piernas
mi mente se pinta un retrato.
ya no tiene caso
buscarme en garabatos.

Sentada en la biblioteca
desde la Casa de Orión
en un cubículo marrón,
me pregunto yo
si algún día veré,
colgado en la biblioteca,
mi retrato y el de otro autor.


  • Pintor...sería más fácil
    no sentir para no tener
    que exorcisar.
  • Amurallar el propio sufrimiento es arriesgarte a que te devore desde el interior.- Frida Kahlo.


martes, 23 de septiembre de 2008

Spring break.



La primavera ha llegado.
Para el aire las flores son livianas
y se dejan escapar.
El perfume de tus recuerdos
llega a mí con el viaje del viento,
obnubilan a mis ojos
que se dejan embriagar.

Otra vez es primavera,
otra vez puedo gritar,
otra vez puedo aflorar ,
así, como cualquier tulipán.
Otra vez te volveré a amar.

Hoy se enredan en mis piernas
sentimientos al azahar
hoy se enredan en mi cuerpo,
mis sentidos sin cesar,
hoy bailo y no paro de llorar,
como el rocío al despertar.

Cierro los ojos
y abro mis brazos
amarilla entre los prados.
Los prados, que tu corazón ha cultivado
y hoy me entregas sin cuidado.

Otra vez es primavera.
Otra vez volvemos a empezar
otra vez sellamos con un beso
la esencia de la espera y
las ganas de abrazar.

Otra vez es primavera,
otra vez vuélveme a amar.

  • Un poco más en primavera.
  • Don't wait to long- a little worm for a big guacamaya :)
  • Spring break! spring break! spring break!




domingo, 21 de septiembre de 2008

De lo que sucedió un segundo domingo de Mayo en la casa de mi abuela.








  • Para Yolanda de Barreno, mi abuela
    y Andrea LLinás, a quien le debo
    la idea de este pequeño extracto
    (bueno o malo no sé, pero
    ahí está colorete)y
    quien
    tiene una guacamaya
    que también hace brillar.
    Corazones eternos
    de las aves al cantar.
Todos estábamos sorprendidos mirando en la cajita blanca lo pequeño que era, apenas y tenía las plumas largas, su color anaranjado reverberaba en nuestras pupilas, era tan indefenso que daba miedo tocarlo por no romperlo. Juanito había llegado uno de esos segundos domingos de Mayo, yo era la más emocionada, algo en mi infante corazón me decía que seríamos compañeros inseparables, su piquito me inspiraba confianza, y sus alas eran tan inocentes para escapar como mis letras para escribir en ese entonces. Estiré mi pequeño índice-no mordía, pensé-le acaricié las plumas un poquito.-No más- Tenemos que buscar una jaulita, comprar alpiste, dijo la abuela- ¿cómo se va a llamar mamama?- Juanito- respondió mi abuela.- ¡Juanito! -todos en la mesa reímos y en los ojitos del canario se vió un naciente resplandor. Yo, a mis siete años, aprendí a quererlo todos los días al despertar. No salía de esa casa por las mañanas sin despedirme de mi anaranjado amigo, me recordaba tanto a alguien, hasta ahora no sé bien a quién.- Chau Juanito, cuando regrese del colegio almorzamos, ya llegó la movilidad-. Los primeros días Juanito era muy tímido y aún era muy feo (para algunos), aún no aprendía a cantar, tenía en la patita derecha un anillo con su fecha de nacimiento, todavía lo recuerdo: 12 de Abril.- El canario había venido y a buen tiempo, alegraba las mañanas de mi abuela y por las tardes él era mi tarea escolar y mi objeto de observación, el tema en cualquiero composición.

Poco a poco, aprendí del oficio y supe como cambiarle el agua y el alpiste, a darle lechuga y brindarle cariño. Todas los días era un recital de amores, mi abuela le hablaba desde todos sus corazones-¿Cómo estás mi pichonsito, no quieres cantarme un poquito?. Pasaron aproximadamente tres meses desde su llegada, Juanito ya tenía plumas y era el engreído de la casa, tanto así que los periquitos del patio le tenían envidia-Tontuelos-. Muy pronto llegó el invierno y pensamos que si no había cantado en otoño pues menos lo haría en Invierno. Pero nos equivocamos con ese pajarito. Mientras más intensa la lluvia, mientras más gris el cielo, mientras más frías las tardes...de ese corazón tan pequeño y a la vez tan inmenso se desprendía un fragor de sentimiento que inundaba de melódicas canciones cada rincón de la antigua casa. El silencio había dejado de ser frecuente visitante desde que había llegado Juanito. Sus cánticos se oían desde que abría la puerta todos los días a las 3 pm, los vecinos venían a preguntar quién era el que cantaba, la gente que pasaba miraba por la ventana. - ¡Mira pichonsita, tu pichonsito ya está cantando!- Una sonrisa inmensa se dibujaba en mi cáriz infantil mientras en mi mente entretejía mil preguntas: ¿Cómo es que tiene tanta voz, tanta fuerza, tanta esencia?. El sol en el cielo se movía de un lado a otro, por su voz él renacía en pleno invierno, recocijaba el cielo en mil colores y la primavera se adelantaba; las flores en el jardín hacían coro a sus entradas.

"Canta Juanito, canta.
Harás al sol brillar.
Canta Juanito, canta.
Mi corazón quiere despertar
Canta Juanito, más alto.
Hasta las lágrimas llorar.
Canta, pequeño, canta,
tu tonada es de alegrar."

La abuela había enfermado y en la sala había una angustia esclava, mis almuerzos después del colegio eran a su lado en su cuarto, una infección se había apoderado de ella y no se podía levantar. Juanito no cantaba y también parecía enfermar. Una tarde con la tristeza le fui a hablar.-Oye-le dije- no sé si me entiendes, pero ¿podrías cantar?, tal vez mi abuelita se alegre un poco-. Esa noche escondida entre las sábanas de la cama de mi mamá después de un Padre Nuestro y la oración del Ángel Guardián, le pedí a Diosito que Juanito y mi abuelita volvieran a cantar. Me fui al colegio y cuando regresé abriendo la puerta comprobé lo que me tenía: Mi pajarito naranja había vuelto a cantar y mi mamama, miraba sentada en el sofá cómo su hijito estiraba las alas y volvía a sonar. Mi abuela sanó, como era de esperarse, pero buen susto el que nos dió. Las penas deben olvidarse y qué mejor que con las melodías de mi alado compañero, tarde tras tarde mi abuela hacía un pastel y su ingrediente secreto eran las pláticas con él.

Y así pasó mi infancia, y mis tardes en aquella casa de un jardín muy grande lleno de violetas, crisantemos y buganbilias de colores al azahar y así crecimos juntos y aprendimos a amar.
Por esas estupideces de la vida, lo dejé de saludar. crecieron mis gustos y también mis pretensiones. Salía y entraba por la puerta y no era por maldad sino por una cuestión de inconsciencia. Una que otra vez me detenía a imitar sus chillidos y conversábamos, pero el mío ya no era corazón de niño, el suyo sí. Tal vez mi corazón no reparaba en la jaula al final del comedor, pero yo sentía sus latidos cada vez al verme entrar. Nunca me faltó una melodía al llegar y aún cuando yo estaba lejos me hacía suspirar. Cada almuerzo, cada sobremesa del almuerzo, cada tarde en la cocina escribiendo en mis cuadernos, cada cariño de mi abuela se lo llevaba mi pajarito.

Una mañana Juanito ya no cantó más, su voz se extinguió en el vacío de mis oídos y en mi corazón hubo un profundo silencio, pero en el de mi abuela el silencio la extranguló. Siendo su compañero de las tardes, la antítesis de su soledad cuando yo no estaba, se le llenó de pena el alma.

Yo no dije nada, no sabía que decir solo lo enterramos en el jardín. Por las tardes escuchábamos su canto,pero no era más que una pasada auditiva, un recuerdo sensorial. Había pasado una semana y en la puerta de la casa, en el rosal se escuchaba un "cuí-cuí"- ¡Señora Yolandaa!, mire hay un pajarito en la puerta, venga a verlo- Mi abuela se paró con la desesperanza y las rabias de la edad, se asomó por la ventana y sí, era verdad, había un canarito en el rosal. Parecía impaciente el vivaracho, revoloteaba con asias de entrar, mi abuela abrió la puerta para verlo mejor y sin pensarlo dos veces el canario se metió. ¿Juanito?- mi abuela pensó. No podía ser verdad, ya era suficiente broma. En la sala hacía círculos y no dejaba de chillar. Haciendole caso a ese instinto que tiene Yolanda Barreno por las aves, puso una hojita de lechuga en la jaula de Juanito y el pajarito recién llegado sin ser forzado entró.-Es un milagro, no hay otra explicación-pronunció. Cuando llegué de la universidad pregunté cuándo lo habían comprado. Me contaron lo que había pasado- seguramente es una broma- recité en mi mente. Era un canario amarillo, como un tulipán, era lindo, no lo podía negar. Sinceramente seveía más joven que mi pequeño Juanito. 15 años había durado nuestro amor, y es más mientras no te esfumes en mi memoria, así sera.-Hay que ponerle nombre- dijo mi abuela. Candelario, el canario ja ja ja-solté la risa-. Mi abuela me miró- Qué graciosa eres pichona. Hoy en día, le llaman Juanito, mi abuela le dice así, le habla con la misma soltura acaramelada de su amor por el anterior,porque al tercer día este nuevo Juanito cantó y lo hizo con el mismo temblor de siempre, sus pequeños ojitos como dos perdigones de chocolate brillaban en mis pupilas color pardo y en la añoranza de mi abuela, sus voces eran las mismas, nada parecía haber cambiado, nada parece haber cambiado, era él, es él en Candelario. Candelario porque trae la misma llama con la que encendía Juanito esa casa y el corazón. Y sí, esa tarde la casa se incendió de un sonido eterno. Era su voz.
Tenemos un nuevo huésped y se sigue comprando alpiste, la música no falta para almorzar. Verdad o no, si estás ahí Juanito eso solo lo sabré yo, mientras haya música en la tarde, mientras las flores canten, mientras mi abuela te hable, en tus notas estará mi infancia, mi inocencia y ahora estarán mis letras. Hasta siempre, anaranjada melodía.
  • Te extraño a ti también.

  • Fotos: Candelario.
    Papapa Humberto y Mamama Yoli. Abril 2006

jueves, 18 de septiembre de 2008

Confines previos a la primavera.





Ahuyentado atardecer
a quién temes tú
Pintas el cielo
con la luz del sol
rayas las nubes
con tu solo resplandor
te escondes ante el crepúsculo
y en la esfera opuesta del sol.
Me dejas pensando
en mi eterna voz escrita
y te vas ahuyentando
mis penas al cielo.
  • Añoranza
  • Fotos por madre_selva.
  • "no veas todo gris que yo hoy veo todo de colores psicodélicos."

domingo, 14 de septiembre de 2008

Ballerinas



Ballerinas..
Curitas en mi piel.

Curitas,
banditas de papel.

Una herida constante
en mi talón izquierdo.

  • No hay miel sin hiel.

domingo, 7 de septiembre de 2008

Sonrisa eginética.




Sigo sin entender
cómo es que reverdeces
en mi interior,
así como sale el sol.

Primavera gloriosa
entre la lluvia de Septiembre,
caes como gotas
en mi mente
para inundarme,
en un diluvio perfecto.

¡Sonrisa eginética!
tus gestos en mi rostro
con tanto resplandor,
has venido a dibujarte
en cáriz de mi boca.

Mirada perdida,
lágrima sobresaliente.
Puedo estar ausente
pero jamás
te perderás
en mi mente.

Si tú eres un laberinto,
entonces no quiero salir.
Si en ti encuentro primavera,
entonces quiero vivir.

Si puedo sonreír,
así porque sí
con una mirada intrépida
que explora mis facciones ,
que palpita mis emociones

entonces yo digo que sí.

Si inspiras en mí.
el hecho de escribir,
entonces sí

Si pierdo mi vida entera
por un instante como el tuyo
entonces será valiosa mi pérdida.

Abrázame, abrázame
que el tiempo pasa
y yo no quiero perder.
Abrázame fuerte
esta vez voy a renacer

Abrázame Fuerte,
fuerte y verde,
fuerte y de verdad,
fuerte como el beso,
que fundes en el centro
de esa inmensa primavera
que jamás morirá.

  • "Quiero darte cada uno de mis instantes."-AC
  • Tú le das beat a mi corazón de menta.
  • Acierta...esta vez aciertas.

viernes, 5 de septiembre de 2008

Fragor mudo.



La saliva se atolondra violentamente en mi garganta y va asfixiando mi cuerpo con su humedad insana. Pensé que tal vez podía llegar hasta mañana. Me miro al espejo todos los días al despertar. Ya no me veo. Morado. Morada. Morados mis labios sin respirar, moradas mis ansias se van a necrosar. No me queda ni un impulso vital y sin embarga la vida me exige continuar. Me mata la repetición hiriente de esos recuerdos en mi mente, me mata el aire y la sopa caliente, y sobretodo mis pesadillas vivientes. Mis pupilas se han dilatado y estoy flotando. Por mis venas circula la muerte. Me da un beso y me roba el aliento, todo lo que siento se lo va llevando, me lo está arrebatando. A mi alrededor las luces son cada vez más diáfanas, las voces aledañas ahora son lejanas, mi sombra se extingue, mi vida pasa como un carnaval, bufones me encierran en una aureola y yo soy la burla de un público abstracto, abstracto como mi alma. ¿Así es morir? La muerte me acaricia, me señala, me susurra, me apuñala, sigilosa juguetea, me hace muecas, me apuñala, pero no me mata. Quisiera cerrar mis ojos para descansar un momento, pero tengo una batalla que librar, yo quiero respirar.Va vaciando mis pulmones, va secando mis drenajes. Me sonríe.-¿Así es morir?- le repito. ¡Y te ríes indecente! porque me señalas pero no me escoges...te llevas lo que yo más quiero, lo que soy y no me escoges. Me estoy muriendo porque ya no soy yo. Morada: así me veo asfixiar. ¡Recuerdos, ya déjenme en paz! Me señala, me besa, me atormenta, me acaricia, me apuñala...me apuñala, pero no, no me mata. Y te ríes insensata, te ríes calabaza.



  • Escógeme a mí, insana.
  • Maldito agosto. ¡Me has fermentado!

martes, 2 de septiembre de 2008

Diáfana oscuridad.



En la mañana
amanece la tarde
lentamente, y en ella
va naciendo la noche
ausente.

Los ritos funerales
me llaman a tu muerte,
mi corazón te sigue ferviente.

Sello mis labios
con un beso en tus manos,
beso las líneas de tus dedos,
tan sabios.

Busco en tus ojos la barca
para alcanzarte
pero en mi alma
solo escucho lamentarme.

Yo no quería separarme
de tus risas cálidas,
de tus formas de abrazarme

De tus silbidos vespertinos,
de tus historias,
en esa tierra fuerte
donde naciste.

Donde el sol
no se pierde en el río
donde por las noches
no hace frío.

Espérame, infinito
porque yo
te iré a buscar junto al río
en ese cielo inmenso
llamado Tumán.


  • "Y si los árboles mueren de pie Rino...¿Por qué yo no puedo?

  • En mi corazón está tu esencia, en mis venas tu sangre y en expresión tu sonrisa.