martes, 15 de abril de 2008

Lienzo y aparte.






Cuando aprendimos a querer dimos paso a la abertura en la parte de abajo de la cara, fuimos desdoblando la piel y con cada caricia nos dibujábamos; y le pusimos sonrisa y cuando el gesto no se dio a basto para expresar lo que sentía dimos paso al sonido y emulamos la risa, y cuando esta no fue suficiente para controlar nuestras insinuaciones irrumpimos en un beso para sellar cualquier duda. Y fue sin duda la mejor obra de arte porque el pincel ha dejado buen trazo.
  • Adelle Bloch por Klimnt.

2 comentarios:

María Paula dijo...

Mi corazón dejó de latir un ratito. Me encantó.

María Paula dijo...

La descripción es.

(indescriptible)