sábado, 28 de junio de 2008

Un beso, sí.



Sumas mis penas, restas mis alegrías. Ya se van quedando remotos los recuerdos en la apática lejanía. Pero no eres tú ni soy yo, propicia de este infortunio, es lo que dejamos en plenilunio, y aquello que quisimos recuperar en junio. Pero no eres tú, ni yo tampoco. Corren las cartas y sellan los días, yo tajo las nubes y llueve mi vida mientras sueño despierta con el recuerdo sensorial de tu tez de algarrobina. No es dolor, ni claramente algarabía, es...solo melancolía de tener tu corazón y no tocarlo todavía. Espérame, que ya llega el día. Cuando salgan las flores, ya no escribiré por ausencias sino porque estoy llena de sabores y al fin podré mirarte sin dolores. Pero no eres tú, ni yo tampoco. Y aunque no me creas, tengo un buen pronóstico, porque tengo encerradas las esperanzas bajo las sábanas y los rezos bajo la almohada. Un beso, sí. Y tu sonrisa por detrás.
  • La única diferencia es esa abismal vitrina partida.
  • "Ahí, mirando, con dos vidrios, toda la transparencia de tu océano." (http://mapicosas.blogspot.com/)

martes, 24 de junio de 2008





















La reina abdicó al trono y cedió sus dotes de princesa.

Había perdido innumerables riquezas y su inexorable belleza. Cambió el satín y la seda por trapos de franela y perdió sus toques de delicadeza. Dejó las lenguas romances para proferir improperios cada cuarto de hora, los bailes de vals se remontan a otra hora, los perfumes, las telas persa, los jazmines y el té ya no han de renacer sino hasta el otro amanecer donde suele perecer la pesadilla de una noche que comenzó al atardecer.Ahora, se mira al espejo, sus ojos parecen arder, con vasta aspereza de pensar que alguna vez fue realeza. Se pinta la boca de rojo carmín, se pone las joyas de rojo rubí, se se sienta en la barra de tragos sin fin y como si nada pretende sonreír. La miran. Todos la miran. Ella se mira. Como siempre sus tragos al azahar le juegan una mala pasada y la dejan nuevamente en el asfalto del vacío, aquel que no tiene brío. Y cada noche: cinco monedas y nuevamente a dormir. Sin respuesta y con el cuerpo a cuestas. La princesa ha llegado a su fin.

  • "Lo que yo construí se lo llevó a cuestas la modernidad...
  • con ello mi belleza...
  • y mi frialdad.." AK

domingo, 22 de junio de 2008

As, la Reina y un trece.




Tú igual que yo piensas los diálogos, vas armando las palabras en tu mente, que se acercan sigilosamente y te mides porque no te atreves. Escoges las que ves furtivas, siempre suaves, siempre atinan. Y no sé qué responder. Pieenso..pero no puedo, me dejas atónita. Paso. Y así como yo, sueltas tus cartas sobre la mesa y ves cómo avanza el juego. Y tú, igual que yo tienes miedo y mides tus palabras para no pasar la marca que enmarca el juego en el que vives y puedes pero no quieres mentir,no quieres sentir, mentirme; y por eso, pasas. Y así, seguimos y seguimos sin sentir y construimos la baraja que no hace si no ventaja sobre este dulce pan con mortaja. Tu turno. Y no es azar, porque yo no sé cómo en un abrir y cerrar de ojos conozco tu mundo acercándome a la barrera con la usura de ser visible, los que se ordenan por allá, aparecen por allá aún barajando las cartas. Yo no hago nada, tengo el As y la espada, pero nunca tu jugada. Tu turno. ¿Sabes qué?...deja el juego, quiero que seas arrebatado. Bésame.

lunes, 16 de junio de 2008

Atrás.






Hubo un tiempo atrás, que hoy se ha hecho para recordar, cuando tus palabras venían a adornarme y tus manos a acariciarme. Y hubo un tiempo, también atrás, en el que eso bastaba para no sollozar. Y ahora, tenemos que soportar la fría ausencia del no palpitar y queda vasto el horizonte en la perdida mirada del tiempo que un día fue atrás. siempre atrás.

  • Alguna vez se pudo condensar el tiempo en los buenos recuerdos.

miércoles, 11 de junio de 2008

Poetita sensible.


Muy bien poeta- me dijo su voz.


Por la mañana estaba el cuerpo perdido y tendido entre el desierto de sus sábanas y aquella melodía inaudita le atravesaba los oídos como parte de su exquisita esquizofrenia. Y marcaron las 8 y las 9 y su cuerpo seguía ahí, laxo y diáfanoo en plena mañana, insultando la rutina de sus días desplazada por la histérica agonía. Los ojos se le iban en mr de lágrimas y todos los clichés del olvido vevían a atormentarle la agenda. La calle no prometía ser mejor que ayer y las nubes estaban listas para empezarle a llover. Profana e impía, solita se levantó y mil chorros de agua fría despertaron su razón. Se sacudió los llantos, se lavó las heridas y se maquilló el dolor. El espejo le decía que en los ojos se confunde su alegría, que tiene el mito de todas las vidas y la plaga que siempre existió. Cerró la puerta, sacó llave y dejó el desorden encerrado, y mientras caminaba por la avenida el sonido le provocaba el sinsabor; nada parecía mejorar hasta la nueva puesta de sol. Pasó el día y al llegar ahí todo seguía: tres vasos rotos y la copa de cognac. Y la cama vacía y tendida mostrándole esa profusa lejanía. Se recostó en la cama y otra vez suspiró por todo aquello que ese día "el viento se llevó" y empezó la travesíade sus recuerdos sin personaje, sin actor, solo el tumulto de manchas negras que su cerebro acumuló. Cerró su boca que aspiraba el aire seco, ató sus manos nerviosas, se selló toda y dió dos pasos- Muy bien poeta- la poetita por la ventana se arrojó.
"Y ella es flama que se eleva y es un pájaro a volar en la noche que se incendia, estrella de oscuridad que busca entre la tiniebla la dulce hoguera del beso, quema el amor en sus labios, el infierno es este cielo." Benediction and dream.

lunes, 9 de junio de 2008

Inverosímil.



Hay una historia griega muy pertinente para hoy. En los tiempos donde nació la música. El harpista componía sus mejores sinfonías y salía al bosque a tocarlas para que las ninfas las escuchen. Un día de las raíces de un árbol viejo, se desprendió su mejor fruto. Una diosa preciosa que no sabía nada de nada ni nadie. El harpista al verla tan ingenua e indefensa, se enamoró perdidamente. Pasó el tiempo y con el ocaso del sol, en el bosque se escuchaba el harpa, su melodía y las danzas de Perséfone. El corazón a los dos les daba tumbos todo el día de verse nada más. Un día pasó que una víbora, mandada por un fauno le dió una mordida mortal a Perséfone en el tobillo, y esta en brazos de su amado falleció. El harpista desesperado emprendió su viaje al reino de Hades donde reposaba el alma de su amada y con una condición pudo recuperarla. Tenía que volver al mundo del bosque sin mirar atrás con la plena confianza de que Perséfone iría detrás de él, cruzó el río, le pagó al barquero el transporte y la duda le comía el alma poco a poco, pero el harpista no volteó, subió mil escaleras, pasó por el campo de almas, y el harpista no volteó. Hasta que en la penumbra dejó de escuchar los pasos del alma de Perséfone y carcomido totalmente por la incertidumbre, el cuello por inercia se voletó respondiendo al vació de sus sentidos y perdió a Perséfone en la oscura ciénaga del mundo de abajo. Y así como el harpista, yo lo perdí todo hoy.



  • Si alguna vez no me vuelven a ver... porque a mí...como a todos se me olvida. Algo va a quedar adentro tuyo siempre, algo que yo te dejé alguna vez.- AC