viernes, 18 de abril de 2008

din din din <3






Yo ya te extraño como si hubiesen sido años. Y es que tenía tantas ganas de inventarme cuentos para la hora de dormir, y tenía tanto que enseñarte y estaría mintiendo si dijera que me enojaba por tus travesuras con mi brillo de kiwi. Extraño tus escondidas en los rincones y tus gritos a media noche, tus miradas coquetas y tus invitaciones de galleta y esa risita inocente que te estremece hasta occidente. No hay quién me abrace por debajo de la mesa, ya nadie me pide más galletas, no hay cánticos extraños y dialectos incomprensibles ni arrullos por la tarde ni nurnujas en la boca. Y en realidad, si me pongo a pensar, es mejor que yo te extrañe a que lo hagas tú, porque cuando crezcas no te acordarás en realidad que un día en el parque te saqué a pasear y hasta me confundieron con tu mamá y espero que nunca aprendas a extrañar. Tal vez tengas como yo, recuerdos al azahar, ojalá te lleguen a explicar algún día que todos te quisimos de verdad desde el momento en que te convertiste en una fracción de nosotros.

Ojalá hubiera dicho adiós, pero no pude.
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