lunes, 15 de octubre de 2007

Día de octubre


Hoy algunos de mis recuerdos se les antojó hacer un desfile para mí. A veces, los momentos más extraños están en lo más sencillo del día. Ésta fue mi hazaña. Camino por esos borrascosos pasadizos del convento, donde uno ya no sabe si el viento se podrá aún más violento, escuchaba un sonido particularmente conocido. Me detuve por un momento justo en el cruce del puente, no había nada, no había nadie; todo parecía estar tan tranquilo...de pronto sentí que tal vez algún día extrañaría este lugar...ahora sí de verdad. Las risas que algún día compartimos salieron a buscarme por los pasillos y los recuerdos de tiempos de palmera se asomaban en sombreros de princesas y largos tules de vestidos medievales, los cristales que algún día encontramos para guardar nuestros sueños brillaban con más fuerza hoy, los cuentos de ediciones ancestrales abrían sus páginas haciéndome recordar aquellos tiempos de silencio y de aventura celestial en aquella biblioteca de cristal, el mandil venía airoso y de su bolsillo salían las piñitas del bosque que recogíamos todos los días al mediodía, pasaba mi ratón de madera ,ese que alguna vez se escondió de mi en el patio y decidió no salir jamás!, las cintas de colores formándose en lazitos, las hojas perfumadas de mis libretitas de apuntes, los lápices de colores que me compró mi abuela, mis óleos, mis crayolas, mis pinceles pintaban el ambiente de un color especial. Y baile y canté dentro de esa esfera que crearon para mí hasta que ya no pude más y me preguntaba de dónde venían! Para qué venían!...yo lo sabía... en el fondo lo sabía. Me asomé de cuerpo entero por los balcones... todos abajo en el jardín se despedían de mí como sabiendo que algún día volveré pero no podré verlos sin mi corazón de niña, sin esa enorme sonrisa que provocaban en mí todos los días. Bonitos días.

Cuando todos hubieron desfilado supe que otro capítulo se había cerrado en el gran libro que escribimos por 12 años. Era tarde, ya me había demorado mucho en ir por unas copias y sabía que alguien me estaba esperando en el salón de octubre...el último octubr
e.

1 comentario:

María Paula dijo...

Gusanito, casi lloro. Recordé mis tiempos escolares. Yo también sentía esa sensación extraña de extrañar estando ahí... sólo por saber que ya me iba, sólo por saber que cada fecha que escribía en la parte superior derecha de cada página sería la última estando en el colegio. Bonito es saber que aún hay personas, como tú, que sienten esa sana añoranza.

Ya sabes, el próximo año nos veremos más seguido en la universidad.

Te quiero mucho.

Mapi :)