viernes, 5 de septiembre de 2008

Fragor mudo.



La saliva se atolondra violentamente en mi garganta y va asfixiando mi cuerpo con su humedad insana. Pensé que tal vez podía llegar hasta mañana. Me miro al espejo todos los días al despertar. Ya no me veo. Morado. Morada. Morados mis labios sin respirar, moradas mis ansias se van a necrosar. No me queda ni un impulso vital y sin embarga la vida me exige continuar. Me mata la repetición hiriente de esos recuerdos en mi mente, me mata el aire y la sopa caliente, y sobretodo mis pesadillas vivientes. Mis pupilas se han dilatado y estoy flotando. Por mis venas circula la muerte. Me da un beso y me roba el aliento, todo lo que siento se lo va llevando, me lo está arrebatando. A mi alrededor las luces son cada vez más diáfanas, las voces aledañas ahora son lejanas, mi sombra se extingue, mi vida pasa como un carnaval, bufones me encierran en una aureola y yo soy la burla de un público abstracto, abstracto como mi alma. ¿Así es morir? La muerte me acaricia, me señala, me susurra, me apuñala, sigilosa juguetea, me hace muecas, me apuñala, pero no me mata. Quisiera cerrar mis ojos para descansar un momento, pero tengo una batalla que librar, yo quiero respirar.Va vaciando mis pulmones, va secando mis drenajes. Me sonríe.-¿Así es morir?- le repito. ¡Y te ríes indecente! porque me señalas pero no me escoges...te llevas lo que yo más quiero, lo que soy y no me escoges. Me estoy muriendo porque ya no soy yo. Morada: así me veo asfixiar. ¡Recuerdos, ya déjenme en paz! Me señala, me besa, me atormenta, me acaricia, me apuñala...me apuñala, pero no, no me mata. Y te ríes insensata, te ríes calabaza.



  • Escógeme a mí, insana.
  • Maldito agosto. ¡Me has fermentado!

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