miércoles, 5 de marzo de 2008

La Isla de Trans



Cuando por fin estábamos en la isla yo no podía creerlo, era todo tan sin sentido pero al final creo que eso era lo que lo hacía más divertido. De pronto tenía el pelo muy largo, tan largo como el de una sirena y sin querer estaba enredándome en él. El agua era cristalina y yo tenía aretes de arrecife de coral. Cuando emergí, habían más como yo, descansando entre las rocas, por debajo del agua brillaba una luz muy fuerte que la calentaba poco a poco. Cuando comencé a nadar un pulpo me abrazaba como enseñándome las bondades de sus brazos, los pececitos pasan a mi costado y aunque no parecían peligrosos yo les tenía miedo porque su piel no era como la mía, se sentía diferente. Habían mil criaturas nuevas de formas y distintos colores que yo jamás había visto o imaginado en mi más sano juicio. Cuando les hablé a los demás, escondidos entre las rocas, me di cuenta que no tenía voz porque no me escuchaban ni parecían entenderme, me puse triste porque no tenía con quién hablar, de pronto desaparecieronm y solo quedé yo. Al otro lado de mi visión había una isla verde y una baranda blanca de cristal donde parecía un lugar más seguro, nadé hasta allí como escapando de mi soledad, y por debajo la luz me seguía, el agua ya no se sentía segura y empecé a notar que tenía una cola turquesa. Cuando parecía que estaba tocando la isla verde, desapareció con todo lo que tenía: la baranda, las piedras brillantes, incrustadas en las rocas; las anémonas que adormecían por lo bajo y los arrecifes que teñían el agua de múltiples colores rodeando la isla. Ya nada estaba ahí y la gruta donde aparecí al principio se veía más lejana que cuando llegué, me di cuenta que no era yo quien me alejaba si no ella. Podía sentir la desesperación entrelazándose con mi garganta, haciendo tregua con el agua como si fueran a ahorgarme. Yo seguía nadando para escapar cuando sentí arena al dar una brazada desesperada y tocar orilla, me senté, por un rato suspiré y entendí lo que era. Ahora sabía por qué el sabor a sal, lástima que no duró mucho porque tuve que despertar a un paraíso terrenal.



  • La sal del mar tiene olor.
  • Las Nereidas: El triunfo de Anfitrite
  • Sensación.

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