sábado, 16 de agosto de 2008

Mediodía, medio mía.





Cuando ya te creía extinto en el sentido de mi corazón, tu voz viene con la fuerza huracanada que siempre ha tenido y estremece mi interior. Vas despertando punto a punto tus sitios estratégicos, vas trayendo poco a poco los recuerdos, vas cavando más profundo en lo que construí. Es simplemente, la peor de mis suertes, eres mi maleficio y pronto serás mi crucifixión, pero no puedo negar algo que se hace evidente ante la luz que reverbera en mi faz ulterior. Estoy tan ligada a ti como un molusco a su caparazón, estoy tan loca por ti como el delirio corrosivo de la esquizofrenia. Me haces escribir sin parar, un solo sonido para interrumpir el silencio de mi alma, me trastoca la piel y tiro por la borda mi entereza y ahora mi alma es de papel. Es tan inverosímil lo que siento contigo, que el solo hecho de intercambiar palabras me recuerda tu elocuencia, la precisión de tus oraciones tan acertadas en mi oído, tus susurros febriles y la danza que generas en mi mente al hablar. ¿Cómo he podido enamorarme así? yo construyo todo, y tú todo te lo llevas. Eso no es amor.
  • Promesas fallidas y una tierra prometida
  • Todavía...
  • Incertidumbre.

1 comentario:

María Paula dijo...

Gusa :) Me gustó mucho lo que escribiste. Me sentí tan identificada... ¡Expresas cosas tan complejas en palabras tan bonitas!

Te quiero!

Pd. Esa es una separata de historia?