miércoles, 8 de octubre de 2008

Inconstancias boreales para Amapola.







Como si nada, y aún así todo.


Amapola:
Retrocediendo caí en la cuenta de que dejé de ser aquello que hice crecer en mi ventana tres, y ahora, el traspié es más incierto que lo que vendrá después.
Así son las palabras que emanan de mi corazón, se pierden y me nublan esclareciendo todo en mi interior.
Sin sentido, sin razón ya no hay ni siquiera la menor indicación.
Y vas, corres, guardas la pena, la postergas y la quemas y te ensañas y te aferras; en que un día lo que anidas en las entrañas crecerá aún mejor que lo que hoy extrañas.
Y te engañas...¡cómo te engañas!
al descubrir que por dentro solo hay grandes arañas.
Arañas que tejen telarañas
Telarañas que engañan.
Y que procazmente te reclaman.

Y dejas correr el tiempo como quien abre el agua fría y con él a tus excusas. Coges un chorrito, te las restriegas en la cara y tapas con el agua la realidad de que su inconstancia es clara. Y tratas de olvidar lo malo y reemplazarlo con todo lo bueno que ofrece el día, pero ya no es suficiente, nunca lo es. Y sin mayor aliciente, uno termina demente.
Y te embarga la pena y te asfixia la duda y te come la angustia por no saber lo abstracto de ese corazón. Ese corazón tan fuerte, que hace correr la sangre, que da vida, que mata.
Ese corazón tan verde y tan incierto que no consigo aún, Amapola.
Aura Boreal,
En epifanía.


3 comentarios:

Andrea Llinás Vahos dijo...

vayas por donde vayas, ten los ojos siempre en la meta, y recuerda, no es malo mirar atrás si nunca bajas la marcha y si otros son inconstantes, tu nunca dejes la vívida constancia con la que realizas tu vida. buen pedazo de verso prosaico.

Andrea Llinás Vahos dijo...

niña buena, con atisbos de mujer buena, deja la nostalgia, que ya llega la primavera, las flores te anuncian con sus colores que lo negro de la noche ya se fué, que el sereno de la inconstancia ya no se posa en tus mejillas. sonríe porque con eso le das la bienvenida a la estación que nos pinta de colores el corazón. no llores mi querida alimaña que el llanto solo atrae a las musarañas, musarañas locas que revolotean por tu cabeza, que cuando se van, se va tu tristeza. :) ahi está. solo pa tí stupid, se me acaba de salir, porque siempre quiero ver a mis buenos amigos sonreír :)

María Paula dijo...

genial, simplemente genial