sábado, 31 de mayo de 2008

Sombrita Traviesa.



Había una sombra pegada a un cuerpo...

Había una sombra pegada a un cuerpo y aburrida se despegó de esa masa informe que por años la reflejó. Tomó la determinación necesaria y sin que su cuerpo se diera cuenta la sombra, solita se marchó. Paseó por lares y lugares que su cuerpo jamás visitó. Tenía miedo la sombrita, pues por sombrita podía causar gran estupor. Se fue cantando y también bailando, la sombra muy lejos llegó. Y sin darse cuenta, la esfera enorme del cielo intacto también naufragó en el inmenso manto estelar que la noche propició, y fue menguando a la sombra que del cuerpo de despegó. A duras penas llegó buscando luz para su reflexión, casi sin reflejo la sombra encontró sentada en su balcón al cuerpo ingenuo, inadvertido de que algo se le perdió. La sombra ya cansada sigilosamente en un respiro al cuerpo se pegó.
  • Las ganas de escapar a veces son íntegras.

  • A veces...

  • ...dependen.

1 comentario:

Joaquina Maldonado dijo...

Que lindo, Marianeinchh :)